Los removedores de pintura se basan en una variedad de mecanismos químicos que pueden estar diseñados para aplicaciones muy específicas. Los solventes orgánicos son los responsables de desprender la pintura por medio de efectos físicos y químicos ayudados de otros materiales como son algunas sustancias alcalinas. El objetivo de estas sustancias es el de atacar y degradar la película de la pintura y/o eliminar la adhesión que tiene el recubrimiento sobre la superficie en la que fue aplicada (sustrato).
El cloruro de metileno es hoy en día el principal constituyente de la mayoría de los removedores de pintura que hay en el mercado.
El cloruro de metileno es un solvente halogenado altamente volátil (se evapora muy rápido) y a diferencia de muchos otros solventes se considera que prácticamente no es inflamable. Otra ventaja para su uso es su alto poder de solvencia en la mayoría de las resinas comerciales que se emplean para la fabricación de recubrimientos y pinturas, además de no estar definido como un compuesto orgánico volátil (VOC) dentro de la lista de la Agencia de Protección al Ambiente de los EEUU (US EPA).
La efectividad de los removedores formulados con cloruro de metileno estriba en el tamaño de su molécula, que es de las más pequeñas de la familia de los compuestos petroquímicos.
Esta característica le proporciona mayor facilidad para penetrar la película del recubrimiento y atacarla apoyada en su afinidad (solvencia) química. Una vez que la molécula logra llegar al interior de la película, ésta se evapora aumentando varias veces su volumen, hinchando la pintura y generando una presión interna opuesta a la superficie provocando que la pintura se separe. Este fenómeno es conocido popularmente como “enchinamiento”.
Entre mayor y más rápido sea el enchinamiento, mayor es la efectividad del removedor. Esto se traduce en una mayor productividad para el usuario, ya que puede realizar su trabajo en menor tiempo empleando menor cantidad de removedor, aspecto importante a evaluar cuando en el mercado se consiguen removedores muy económicos pero de los que se requiere mayor cantidad por unidad de superficie aplicada.
En la figura se muestra de manera comparativa el efecto de enchinamiento del Removedor Pochteca (Izquierda) contra otro de menor precio (Derecha).
La acción del cloruro de metileno no es suficiente; se requieren de otros componentes para conseguir un buen desempeño. Por ejemplo, las lacas automotivas forman películas con alta dureza, en donde el cloruro de metileno no podría actuar sin la ayuda de un agente que ataque la superficie.
Otro factor importante es el tipo de parafina que contiene el removedor, ya que no cualquier material de este tipo es apto. La parafina tiene como objetivo crear una película que retarde la evaporación del cloruro de metileno. Si no es la adecuada puede tener un efecto contraproducente debido al efecto de la temperatura ambiente en las diferentes épocas del año.
Una característica también importante es que el removedor pueda ser igual de efectivo en superficies horizontales como en superficies verticales. Si el material no es lo suficientemente espeso resbalará en la superficie vertical sin que pueda tener el tiempo de contacto suficiente para poder remover la pintura además de hacer más difícil su aplicación. Las gomas de tipo celulósico son las más empleadas en el mercado aunque existen otras tecnologías.
La aplicación de los removedores base solvente normalmente se hace de manera manual por medio de una brocha, por lo que siempre debe de hacerse con todas las precauciones posibles ya que es un material muy agresivo. Se debe usar el equipo de protección personal como guantes de hule, lentes de seguridad y mandil. El producto debe usarse siempre en lugares perfectamente ventilados. En caso de sufrir alguna salpicadura sobre la piel, está debe ser lavada inmediatamente bajo el chorro de agua durante 10 minutos.
Al final el removedor debe de actuar en máximo 10 minutos después de ser aplicado y la pintura o el recubrimiento se debe de retirar fácilmente por medio de una espátula o por chorro de agua y los desperdicios dispuestos adecuadamente. Este tipo removedores es conveniente aplicarlos bajo los rayos del sol, ya que entre menos fría esté la superficie, el desempeño del removedor es mejor.
Resumiendo, la tecnología de removedores de pintura es bastante amplia, pero todas ellas contemplan algún solvente, agente espesante, aditivos químicos para atacar la dureza y retardadores de evaporación, que combinados entre sí logran separar la pintura de la superficie en donde fue aplicada con el fin de dejarla limpia.
La calidad y cantidad de cada uno de estos componentes en un removedor se traduce directamente en el desempeño del removedor de pintura, por lo que es muy importante siempre hacer un balance entre el costo y el desempeño del producto.
Existe un removedor para recubrimientos, que por la manera en que está formulado, tiene una amplia gama de aplicaciones. El removedor Pochteca contiene cloruro de metileno y está elaborado con una mezcla de diferentes parafinas que hace que su desempeño se mantenga tanto en ambientes cálidos como en fríos.
En su formulación contiene espesantes que mejoran mucho la consistencia del producto. El control de calidad de este parámetro es el más difícil de conseguir ya que se requiere de equipo especial para evaluarlo. El viscosímetro, empleado para controlar que la viscosidad sea la adecuada, garantiza un buen desempeño en cualquier tipo de superficie.
La versatilidad del producto hace que sea muy efectivo casi en cualquier condición de trabajo.
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