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Uno de los productos de higiene corporal más utilizado es el jabón; existen muchos tipos de jabones en el mercado, que responden a las necesidades de los consumidores: sólido, líquido, para las manos, para ropa, lavatrastes, para el rostro, para el control del acné, para tapicería, entre muchos otros.
En general, todos los jabones tienen algo en común: se encuentran en contacto con el órgano más extenso, delicado y que necesita mucho cuidado. Estamos hablando de la piel, y uno de los productos indispensables como base de jabón es la glicerina, de la cual hablaremos a continuación.
La glicerina o glicerol es un tipo de alcohol que se encuentra presente en aceites vegetales y animales; puede obtenerse de forma natural o sintética y es el segundo ingrediente más utilizado como base para jabón (el primero es agua). La base de jabón con glicerina garantiza un nivel elevado de humectación y protección a la piel gracias a que ayuda a crear una barrera que evita el daño de factores externos, como la suciedad o la grasa.
Lo anterior se debe a que la glicerina tiene un poder oclusivo, que crea una barrera en la piel para absorber la humedad y repeler la suciedad; además, es un emoliente que suaviza el cabello y la piel, y ayuda a que el producto mantenga su viscosidad.
En algunas formulaciones se usa glicerina porque tiene una característica antiinflamatoria al incorporarse a productos potencialmente irritantes, por ello la encontramos como ingrediente en cosméticos como:
- Cremas y espumas para afeitar.
- Cremas antiedad para el rostro.
- Cremas hidratantes para cuerpo.
- Jabones líquidos y geles de ducha.
- Jabones líquidos para lavar trastes.
- Entre otros.