Metanol

TOXICIDAD DEL METANOL

El metanol es el alcohol de menor peso molecular, por lo que en muchas ocasiones se utiliza como sustituto del etanol, que sí es ingerible; se emplea en la producción de bebidas alcohólicas adulteradas, por lo que su consumo puede darse por accidente, con posibilidades muy altas de fallecimiento. Los primeros síntomas del metanol son mareos y sensación de embriaguez, y si bien en muchos casos estas sensaciones pasan inadvertidas, se observa un periodo de latencia de entre 12 y 24 horas para que aparezcan síntomas más específicos, aunque este tiempo puede prolongarse si además hubo consumo de etanol.

En general, los principales síntomas de la intoxicación por metanol son: molestias gastrointestinales, alteración de la visión, que puede ser borrosa o moteada y, en los casos más graves, pérdida de visión, deterioro neurológico progresivo, aparición de convulsiones y coma. Por todo esto, la evidencia clínica indica que el metanol produce toxicidad en el sistema nervioso central y el nervio óptico. La ingestión de una dosis de entre 20 a 150 ml es mortal.

• Intoxicación leve: concentración de metanol en la sangre menor a 10 mg/dL. Fatiga, náuseas, dolor de cabeza, mareo, visión borrosa.
• Intoxicación moderada: concentración de metanol en la sangre entre 10 y 50 mg/dL. Vómitos, sensación de embriaguez, piel fría y sudorosa, visión borrosa, taquicardia, dificultad para respirar.
• Intoxicación severa: concentración de metanol en la sangre mayor a 50 mg/dL. Convulsiones, respiración rápida y superficial, coloración azulada en la piel, hipotensión, inflamación de la papila óptica.

La exposición al metanol por vía transdérmica o inhalada también puede provocar una intoxicación, la cual varía dependiendo de la cantidad que se ingiera o el tiempo durante el cual se inhale. En caso de exposición es necesario utilizar protección facial y guantes para su manejo.

ALMACENAMIENTO DEL METANOL

El metanol debe almacenarse en un contenedor cerrado para que no absorba humedad, y debe ubicarse lejos de fuentes de calor, ignición y de sistemas eléctricos. Su manejo debe realzarse en un área bien ventilada, y para ello el personal debe utilizar equipo de protección y evitar el uso de encendedores, flamas o cigarrillos. En caso de fugas o derrames, se debe actuar de inmediato y cubrirse con espuma resistente al alcohol.

El control de la temperatura es clave tanto en el uso como en el almacenamiento del metanol, ya que si sube demasiado la temperatura y se agita el contenedor, es posible que se presenten incendios o explosiones.

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